viernes, 13 de enero de 2012

Justin Bieber: “Soy joven. Soy guapo. No quiero parecer presuntuoso”

“Crezco a mi ritmo y sigo aprendiendo. No voy a intentar adaptarme a lo que la gente espera de mí, salir de fiesta y que se me vea bebiendo alcohol. Quiero hacerlo a mi modo. Nunca voy a hacer nada que haga que niños y padres no me respeten. Hay artistas que a los padres no gustan porque creen que son una mala influencia”.
Aquí se introduce el Justin que realmente puede haber madurado y darse cuenta de que ahora mismo se come una enorme parte del pastel que otros artistas multivendedores.
Bieber pone como ejemplo a Michael Jackson, ahí es nada, en un contexto nada afortunado: cuando se está hablando de llevar una transición hacia la mayoría de edad más o menos equilibrada. “Michael tuvo una infancia terrible”, admite. “Yo fui bendecido con una gran infancia. Mi madre y mi padre me amaron. Ahora soy adolescente y no siento que me esté perdiendo nada”.
Sin embargo, Justin admite en otro punto de la entrevista que intenta tener dos días libres a la semana para dedicarse a sí mismo, algo que no siempre consigue. Un adolescente normal suele tener dos días todas las semanas, el sábado y el domingo. Si hay puente, incluso un par más.
Pese a todo, Justin parece tener la cabeza amueblada: admite haberse acostumbrado a la idea de que mucha gente le odia, aunque no hayan escuchado su música, y explica que no pisa mucho la iglesia, aunque habla con Dios desde casa (eso es muy práctico) y cuando está en Los Angeles le gusta ir a divertirse a casa de su amigo Jaden Smith.
Cuando todo iba bien, Bieber va y se marca un Cristiano Ronaldo con la siguiente frase: “Soy joven. Soy guapo. No quiero parecer presuntuoso, pero la gente piensa que he llegado hasta aquí porque soy bien parecido y a las niñas les gusto”. Oh, Justin, con lo bien que iba todo.

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