Diecisiete años le contemplan. Brillantes en las orejas, cadena de oro al cuello, pantalones pitillo y pelo recortadito sin ese flequillo de “niño trasto”, que tantos seguidores han copiado para customizar su físico. Así se presentó este viernes Justin Bieber ante la prensa, que le esperaba en el hotel Urban de Madrid. Fiel a su fama de impuntual, llegó con un retraso que fué creciendo a medida que pasaba la tarde. Momentos de nervios porque, en sus menos de 24 horas en España, tenía que conceder entrevistas, atender unos cuantos compromisos y grabar EL HORMIGUERO (que se emitirá el próximo miercoles). UNDER THE MISTLETOE(Debajo del muérdago),su disco navideño, ha sido esta vez la disculpa perfecta para que las fans incondicionales del chico de Londres le demostrasen, una vez más, que él es el primero de sus desvelos adolescentes.
"Cuando me plantearon la posibilidad de tener un encuentro con Justin Bieber, debo reconocer que me quedé un poco confundida. No soy ajena al poder mediático de este joven de Ontario, pero por razones obvias –de edad básicamente- no estoy atenta a su música y no me sé ninguna de las letras de sus canciones. Mis sobrinas y sus amigas se encargan de ponerme al día, pero mis gustos musicales caminan por senderos bien distintos. Eso no quiere decir que, como profesional acepte todos los retos que se pongan en mi camino. Y compartir un rato de charla con Bieber lo era"
"Under the mistletoe" (Bajo el muérdago),su disco navideño Universal Music "A pesar de que muchos me decían que no pintaba nada haciendo esa entrevista, me fui al hotel Urban decidida a vivir una experiencia diferente. Evité crearme cualquier prejuicio previo e, incluso, leer crónicas sobre él para no sentirme mediatizada. Escuché su disco de villancicos, por supuesto, pero poco más. La experiencia, dicho sea de paso, ha sido una mezcla de surrealismo y fascinación. Y esto no es una crítica, sino una apreciación desde la barrera.
Me habían contado la capacidad de movilización de las fans de Bieber, pero nunca imaginé el despliegue, la entrega y la veneración que estas adolescentes tienen por su ídolo. Durante mi larga espera para la entrevista y la de ellas por verlo aunque sólo fuera rápido, pude hablar con muchas de esas adolescentes. La mayoría llevaban, días en la puerta del hotel, desde las cinco de la mañana. Llegaban de Málaga, Mallorca, Barcelona, Bilbao.. No les importó ni la lluvia ni el frío seco de la mañana madrileña. Otras habían alquilado una habitación con sus ahorros porque, al ser clientas del hotel, no podían desalojarlas y le verían pasar por cualquier pasillo. Todo por ver a su ídolo que llegó sobre las cuatro de la tarde y que evitó ser visto por esas fans que sólo pedían una mirada, una sonrisa o un saludo desde la distancia. Escondido y acurrucado, Justin entró en el hotel dispuesto a cumplir con los compromisos contraídos con la prensa. Esa llegada no me pareció una justa recompensa a la larga espera de las que dan media vida por él. Es mi opinión.
El fenómeno de fans más importante de los últimos años | Foto: Universal Music
"Me decidí a aceptar la propuesta de entrevista porque, por un lado, no sé decir que NO en temas de trabajo y, por otro, porque no me gusta quedarme con la duda de “lo que pudo haber sido y no fue”. Recuerdo cuando, hace años, nos pidieron a una serie de periodistas que, por favor, entrevistáramos en el festival de Valladolid a un joven rubio y desconocido que acaba de hacer un pequeño papel en THELMA Y LOUISE. Pocos tenían interés porque nadie sabía de quién se trataba. Su nombre era Brad Pitt y ya ves a donde ha llegado. Algo parecido me ocurrió con Ricky Martin y ya ves donde está. Por eso me gustaria probar esta experiencia y poder decir, en un futuro, “a ese grande también le entrevisté”.
"No puedo decir que mi experiencia haya sido todo lo gratificante que esperaba. Hay pautas entre personaje y periodista que deben respetarse. Una hora y cuarto de retraso sobre el horario previsto para hacer la entrevista, me parece una falta de respeto hacia mi –en este caso- y mi tiempo. La imposición de verlo en el cuestionario lo considero una inseguridad por su parte y una intromisión en la libertad de ejercer en la mía. Bien es cierto que, en mí está la decisión de aceptar esa imposición, pero también está la de juzgar esa actitud más propia de un divo que de un triunfador que está iniciándose en el mundo del show business".
Justin Bieber,vuelve a casa por Navidad | Foto: Universal Music
"En su descargo tengo que añadir que no siempre sus actitudes y comportamientos son voluntarios, sino forzados por un equipo de publicistas y agentes que se esfuerzan por mantener a su estrella en el limbo de la accesibilidad. Creen que, obrando así, lo convierten en más importante. No reparan que esa distancia no hace más que traducirse en antipatía, juicio negativo y percepción de su imagen inversamente proporcional a la intención que quieren transmitir"
"No obstante, los números de Bieber son elocuentes en sí mismos. En apenas tres años se ha erigido en el chico de oro de la música actual. 36 millones de seguidores en Facebook y 13 en Twitter lo han convertido en "el jefe absoluto de las redes sociales". Ni los rumores crecientes de su posible paternidad y su noviazgo con la popular Serena Gómez le separan de unas fans que, lejos de sentir celos porque el corazón de su ídolo pertenezca a otra, le profesan un afecto que se traduce en devoción. Síntoma de inteligencia. Va a resultar ahora que las alumnas han superado al maestro..Esperemos, por su bien, que el tiempo no acabe convirtiéndolo en un nuevo juguete roto..."
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