El cantante es uno de los portavoces de Proactiv, una firma de productos para combatir el acné. Pero en esta ocasión no se puso delante de las cámaras sino detrás de ellas.
Al más puro estilo de los grandes directores de la meca del cine, Justin se sentó en una silla customizada y con altavoz en mano se puso a dirigir a las actrices con unas órdenes cuanto menos curiosas.
Que si da vueltas, sube más el bote, ponte un poco... Las jóvenes estaban alucinadas de las cosas que les ordenaban ajenas a que la voz que salía detrás de la cortina negra era la de Justin Bieber.
Pero al final el canadiense desveló el misterio y salió a saludar bajo la mirada atónita de las chicas, que no se podían creer que su ídolo hubiese sido el que las había estado dando órdenes.
Lo de ser director no se le da nada mal. ¿Para cuándo un anuncio completo dirigido por el cantante?
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