Un mechón de pelo de Justin Bieber se vendió por 40.668 dólares; las entradas para un concierto de Taylor Swift, entradas que incluyeron una reunión con la estrella alcanzaron los 9.100 dólares, y una gira por Nueva Orleans con Brad Pitt alcanzó los 27.100.
Pero la verdad es que el mundo de espectáculo tiene poco que hacer frente a las estrellas del mundo financiero. La subasta más cara la alcanzó un financiero que recaudó 2,3 millones de dólares por la venta de ocho asientos en almuerzo.
En definitiva para las estrellas es utilizar una horas, para las ONG se trata de cantidades con las que pueden realizar obras y servicios sociales que benefician a miles de personas necesitadas.
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