Guardias en el aeropuerto, en el hotel, en el estadio y en los recorridos entre todos esos puntos. Se espera que este viernes 14 Justin Bieber aterrice en un avión privado, un día antes de dar su primer concierto en Chile -a la jornada siguiente en el Estadio Nacional- y uno de los puntos clave de su estadía será precisamente la seguridad, poniéndose un acento especial para proteger al cantante y también a las cientos de niñas y adolescentes que se espera sigan cada uno de los pasos que el ídolo juvenil dé durante su estadía en territorio nacional.
La visita de Bieber estará marcada por su estatus irrefutable de ser la mayor estrella pop adolescente que existe actualmente, lo que hace suponer que la fanaticada que llegue a esperarlo al aeropuerto y que también intente verlo fuera de su hotel sea numerosa y muy apasionada, por lo que se está trabajando en un plan de seguridad que parte dentro del mismo equipo del cantante: él llegará acompañado de cuatro guardaespaldas que viajan en su comitiva -de cerca de 80 personas-, y aquí se les sumarán otros aportados por la producción local. Además, habrá apoyo de carabineros en las calles.
Los detalles de cómo se manejarán los traslados del artista se definirán entre mañana y el miércoles, pero se ha rumoreado que el viaje desde el aeropuerto hasta el hotel podría realizarse en helicóptero, lo que aún no ha sido confirmado por la productora. Otro rumor que se maneja es la posibilidad de que, aparte de su equipo, Bieber llegue en compañía de su novia, Selena Gomez, quien estuvo con él en Brasil e incluso lo acompañó en una canción durante su show en Río de Janeiro. También está por definirse en qué hotel se hospedará: desde su staff tienen que elegir entre dos opciones en el sector oriente de la capital.
Y mientras en la productora a cargo del espectáculo preparan los últimos detalles para la llegada de Bieber, quienes también están en una tarea similar son las fans del club Bieber Fever Chile, quienes le preparan varias sorpresas. Además de tenerle regalos y mensajes, que esperan poder entregarle en alguna reunión, están coordinando hacer una masiva coreografía fuera del hotel para llamar la atención de su ídolo. También aseguran que para alguna canción del show tendrán algo especial, como mensajes o globos que levantarán al mismo tiempo. "Algunas niñas incluso se están organizando para arrendar camionetas para ir a esperarlo al aeropuerto y después seguirlo al hotel", comenta Catalina Fuentealba, de 15 años, miembro del grupo de fanáticas.
Algo importante es que, a pesar de que se habían agotado los tickets para el show, hubo algunas devoluciones, por lo que aún hay cerca de 500 entradas disponibles en Feriaticket.
Locura adolescente
Aunque se espera que la recepción a Bieber sea muy intensa, no será la primera vez que se vea ese tipo de locura por un artista adolescente en Chile. Antes hubo otros que llegaron siendo jóvenes y populares, y se toparon con una fanaticada dispuesta a todo para acercarse a ellos.
El primero que vivió esto fue Paul Anka, cuando con 19 años arribó para hacer conciertos en Valparaíso, Viña y Santiago, en 1960. En la capital fue donde se experimentó la mayor locura: llegaron cerca de cinco mil chicas al aeródromo de Cerrillos, que casi causaron el colapso de una terraza del lugar. En el estadio Santa Laura las escenas también fueron de delirio total, algo que recuerda bien Peter Rock, el encargado de abrir el show. "Mi representante era muy amigo del productor que lo trajo, así que por ahí llegué yo. Fue una cosa impresionante lo que se vivió ahí, no había pasado nunca antes en Chile algo así", comenta el cantante. El mismo Anka ha recordado ese episodio en visitas posteriores a Chile, diciendo que fue algo que le impresionó mucho.
Luego, a mediados de los 80, era un chico latino el que causaba furor entre las escolares chilenas: Luis Miguel, quien por esos años empezó a cultivar una relación con Chile que, desde un principio, estuvo marcada por la fidelidad de seguidoras que lograron que fuera invitado a los festivales de Viña de 1985 y de 1986. La primera vez sólo tenía 14 años y era esperado por la prensa y las fanáticas en el aeropuerto, las que también lo siguieron al hotel y no dejaron de gritar nunca mientras el chico interpretaba éxitos como Decídete en el escenario de la Quinta Vergara.
Cinco años después de esa visita eran los New Kids on the Block quienes estaban en lo más alto de los ranking de popularidad: llegaron el mismo año en que lanzaron el disco Step by Step para actuar en uno de los dos conciertos organizados por Amnistía Internacional. El descontrol fue tal, que incluso se replicó en la prensa internacional, incluyendo al popular programa estadounidense Entertainment tonight, que mostró cómo decenas de carabineros tuvieron que ayudar a salir a los muchachos del aeropuerto, mientras otros intentaban contener a cerca de mil descontroladas fans, que se lanzaban sobre el bus que los transportaba. "Es lo más loco que hemos vivido en todo el mundo", comentó Joey McIntyre al espacio de TV. "Se tuvieron que poner rejas en la calle, se paró la Alameda cuando iban llegando al hotel", recuerda Alfredo Saint-Jean, el productor que negoció la visita a Chile de los chicos de Tonight.
Ocho años después fue el mismo Saint-Jean quien trajo al siguiente fenómeno pop: los Backstreet Boys, que llegaron en el peak de su popularidad a actuar en el Festival de Viña. "Nadie podía creer que fueran a venir porque no había nadie más famoso en el pop en ese momento", recuerda el productor. Afuera del hotel Miramar la vigilia de cinco mil fanáticas terminó con varias desmayadas, lo que también se vivió en el aeropuerto, donde llegaron cerca de 500 seguidoras, incluyendo algunas que lograron sobrepasar la seguridad de aduana y llegar a la losa, aunque lo hicieron demasiado tarde, cuando el grupo ya iba camino a Viña.
En la última década, los que lograron revivir una locura similar fueron los Jonas Brothers, que generaron especial conmoción en su primera visita, en 2009. Es esa oportunidad hubo admiradoras que durmieron fuera del hotel Ritz y otras que se arrancaron de clases para estar ahí, esperando cualquier saludo por parte de alguno de los tres hermanos. "Con la velocidad que se habían vendido las entradas esperábamos que pasara algo así", comenta Francisco Goñi, productor de ese concierto, que se trasladó de la Pista Atlética del Estadio Nacional al Club Hípico para poder recibir más público. "Las estrellas adolescentes son las únicas que logran generar algo así, es algo único", asegura Goñi.
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